Ropa; luego retazos

Un poco de acá y de allá. Por un lado, los experimentos cinematográficos del escritor Norman Mailer; "...hacer una película es una mezcla entre un circo, una campaña militar, una pesadilla, una orgía y un éxtasis"... "si no hay caos en la realización no se puede conseguir nada porque todo el mundo está en tensión"..."-¿Cómo diablos has conseguido eso?- El modo de conseguirlo es crear un extraño torbellino en el que por sí mismas se manifestarán facetas maravillosas de la gente".

Por otro lado pienso en Grotowski; "el primer deber del actor es comprender el hecho de que nadie quiere darle nada; al contrario, que se piensa en quitarle mucho, arrebatarle aquello a lo que se encuentra muy ligado: sus resistencias, sus reservas, su tendencia a ocultarse tras de máscaras, su insinceridad, los obstáculos que su cuerpo coloca en su camino creativo, sus hábitos y hasta sus buenos modales".

La acción Ropa no es ni cine ni teatro, a pesar de que pueda muy bien, mediante la modificación del contexto, convertirse en una u otra cosa. Ha sido planeada como una acción abierta que potencia una situación determinada, en tanto las palabras de Raoul Vaneigem; "las gentes ofrecen en los transportes colectivos, que arrojan los unos contra los otros con una indiferencia estadística, una expresión insostenible de decepción, de altanería y de menosprecio, como el efecto natural de una muerte sobre una boca desdentada. El ambiente de la falsa comunicación hace de cada uno el policía de sus propios encuentros (...) Si los hombres se transforman en escorpiones que se picotean a sí mismos y los unos a los otros, ¿no es, en suma, porque no ha pasado nada y porque los humanos, con los ojos vacíos y con el cerebro fláccido, se han convertido "misteriosamente" en sombras de hombres, fantasmas de hombres y, hasta cierto punto, sólo son hombres de nombre?".

Basta, pues, un medio simple para crear el reencuentro.